Páginas

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Una receta de queso sencilla: Munajuusto

Tras unas cuantas entradas dedicadas a la leche, es momento de hacer una pausa y probar a elaborar nosotros mismos un tipo de queso finlandés muy fácil cuya receta he encontrado navegando por la web: el Munajuusto. Se trata de un queso un tanto atípico, porque entre sus ingredientes interviene el huevo, pero el resultado es muy bueno para el poco tiempo que requiere. 'Muna' es huevo en finlandés y 'juusto' significa queso, por lo que no hay que pensar mucho para saber de qué estamos hablando. No voy a extenderme más, y aquí viene la receta:


Ingredientes
  • 3 litros de leche entera
  • 1 litro de kéfir
  • 3 huevos
  • 1 cucharadita de sal








Equipamiento
  • 1 olla de acero inoxidable (nunca aluminio)
  • recipientes de plástico
  • tela de quesería, gasa o muselina
  • recipiente con orificios que nos sirva de molde (acero, plástico...)


Procedimiento

1. En primer lugar, separamos las claras de huevos de las yemas, reservamos estas últimas y con las primeras hacemos una mezcla en un recipiente con el kéfir.









2. En una olla calentamos la leche, removiendo continuamente para evitar que se nos pegue al fondo, y la dejamos hasta justo empezar el punto de ebullición, tras lo que la apartaremos del fuego.









3. Inmediatamente vertemos la mezcla de kéfir y clara de huevo y removemos bien con la cuchara, hasta que veamos que se va separando la cuajada del suero. Es algo que se aprecia claramente, no os preocupéis.








4. En este paso volcamos el contenido de la olla en un colador forrado con tela de quesería y puesto en el fregadero, para que el suero vaya drenando. Yo lo que suelo hacer también es colgar la tela atada en el escurreplatos que cae justo encima del fregadero, y así va drenando mejor. Lo dejamos un rato hasta que veamos que el suero ya sólo gotea (también podemos escurrirlo "a mano" para acelerar el proceso), y luego volcamos la cuajada en un bol donde la mezclamos bien con las yemas y la sal.


5. Ya sólo tenemos que colocarla en los moldes perforados (lo podemos hacer nosotros mismos con cualquier recipiente de plástico o bien usar alguno metálico tipo escurre-cubiertos del IKEA). Lo colocamos en un plato que vaya a recoger parte del suero que seguirá drenando (yo he puesto una rejilla para evitar que toque el fondo) y lo metemos en el frigo durante unas 8 horas (si se hace por la tarde, se deja hasta la mañana siguiente).



6. Este es el aspecto de los quesitos a la mañana siguiente, ¿qué os parece? Ya están listos para ser consumidos, pero si queremos darle un toque más original, lo siguiente sería ponerlos en el horno fuerte (unos 200ºC) a 'tostar', por una cara hasta que veamos los tonos tostados, tras lo cual se le da la vuelta para 'freirlo' por debajo. Hay que manipularlo en este momento con cuidado, pues se vuelve algo blando.






Y este es el resultado final tras el 'tueste', ya tan sólo hay que dejarlo enfriar ... ¡y degustarlo! Se conserva bien durante una semana refrigerado en un recipiente hermético y va bien con azúcar, miel, mermelada etc... De sabor recuerda mucho a las tartas de queso. Ya veis que con pocos ingredientes y utensilios podemos conseguir un queso muy apetitoso y ¡"original"! 

En esta ocasión he usado la mitad de los ingredientes (con 1 solo huevo XL), si queréis hacerlo más grande se pueden doblar las cantidades. Y otra cosa es que ya sabemos qué hacer cuando tenemos tanto kéfir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario